Cuando decidimos alquilar este piso, antes incluso de mudarnos yo ya había hecho varios diseños de la habitación y del salón, con una mano en el portátil y la otra empaquetando cajas. Sí, soy así de impaciente.

Tenía un jefe que siempre decía que de las tres características barato, rápido y bonito, sólo se pueden tener dos a la vez. Si es rápido y bonito no es barato, si es barato y rápido no es bonito y si es bonito y barato no es rápido. Él hablaba de publicidad pero creo que se puede aplicar a casi cualquier campo, incluida la decoración. Al hacer esos diseños tan rápidamente e intentando meter accesorios o muebles que ya tenía, no conseguí un buen resultado o, por lo menos, no el resultado que buscaba. O sea, era rápido y barato pero no era bonito.

Con estos diseños del salón cometí el mismo error que con la habitación, quise aprovechar cosas que ya tenía y que, en realidad, ya poco tienen que ver conmigo. Cuando vivía sola y tenía 20 y pico tenía mi casita llena de rosa, turquesa y amarillo y, la verdad, hoy ya no me apetecen esos colores (salvo el amarillo) y a Mick, como os podéis imaginar, menos todavía.

Diseño 1

En este caso estaba aprovechando la mesa que ya tenía, el cojín de Ikea más visto que el tebeo, el sofá, la silla transformada, el espejo, las sillas de comedor, la mesita auxiliar y la lámpara en zig zag. La alfombra (que me encanta) era la forma de unir todos los colores pero, la verdad, el resultado no me convence nada. Es un poco caótico y, al mismo tiempo, parece desangelado, sin alma.

Diseño 2

En el segundo diseño, seguía sigo aprovechando casi todos los mismos elementos, incluida la silla boho, pero este diseño me gusta más. A pesar de la cantidad de colores la distribución está más equilibrada y el resultado es más armónico. En otro momento hubiese estado muy contenta viviendo ahí pero no transmite lo que quiero ahora mismo.

El salón ya casi está terminado y muuuuyyyyy pronto os lo voy a enseñar. Con esta foto de aquí arriba ya te puedes ir haciendo una idea del resultado final. He buscado un look más maduro (quitando todas las connotaciones aburridas y coñazo que tiene esa palabra) y para eso he tenido que deshacerme o transformar varios accesorios (e incluso algún mueble) que ya no nos representan o que no se adaptaban al espacio.

Si estás en la misma situación que yo, te aseguro que es la mejor decisión que puedes tomar. Querer buscar la cuadratura del círculo tratando que tus viejos objetos transmitan algo nuevo a base de mezclar 50 estilos y colores sólo te va a llevar a romperte la cabeza y a conseguir un resultado que se quedará a medias, que ni chica ni limoná, que ni lo de antes ni lo de ahora.

¿Tu estilo también ha evolucionado en los últimos años?