Después de unos laaaaaargos meses (prácticamente un año desde que empezó la reforma) de espera, por fin puedo enseñarte un espacio terminado, ¡no me lo creo ni yo!

Y… bueno, terminado, terminado pues depende de cómo lo miremos porque todavía quiero cambiar un par de cositas pero ya está lo suficientemente avanzado y adecentado como para enseñároslo.

Tanto Mick como yo trabajamos desde casa, así que ambos necesitamos nuestro propio despacho. Cuando vivíamos en Madrid (aquí puedes ver la decoración de ese piso) teníamos que encajar dos pequeñas oficinas (poco más que un escritorio mini) en un pequeño piso pero aquí en Galicia tenemos más espacio y, ¡ay! ¡Qué bien sienta!

Mi oficina está en el salón. El salón tiene forma de L, y la oficina está en el rabito corto de la L. En un principio esta iba a ser la oficina de Mick pero, con lo desordenado que es, empezaron a entrarme los siete males pensando en tener un foco de desorden permanentemente en el salón. Ahora él tiene la oficina con vistas y yo tengo la oficina en el salón, cerquita de la tele para no morir de aburrimiento cuando me toca hacer tareas repetitivas. Un win-win de esos de los que tanto hablan los flipados (flipados entre los que me incluyo, ¡sorry!).

La pieza central de la oficina es, como no podía ser de otra forma, el escritorio. Es un escritorio con acabado en roble que muy posiblemente acabe decapando para quitarle ese barniz en tono miel. Tiene un buen tamaño en proporción al espacio y tres cajones que me vienen estupendamente para guardar todos los papelotes. Me gusta tener el escritorio lo más vacío posible.

Detrás del escritorio hice una estantería en MDF y madera que ocupa la pared de lado a lado. Casi todos los libros pertenecen a Mick (no es que yo sea una cateta, pero cada vez me resulta más difícil concentrarme en un libro y pasarme horas leyendo como hacía antes, ¿a alguien más le pasa?).

Los estantes interiores están pintados del mismo color que la pared, pero las partes superior e inferior y los extremos los dejé en el color de la madera para hacer una especie de marco y añadir interés.

Sobre la estantería coloqué ese gran espejo, que en realidad está hecho con otros dos espejos más pequeños. Este espejo aporta luz a la parte más oscura del salón, profundidad e interés. Refleja la ventana que tiene en frente y el efecto es espectacular, hace que este espacio parezca mucho más grande.

La verdad es que por “culpa” de ese espejo no pude hacer todas las fotos que hubiese querido. Tenía que tener cuidado con lo que aparece en el reflejo (no quería que mi desastroso sofá a medio hacer o los cables asomando por el cuadro de la luz me estropeasen la foto), así que algunas fotografías tienen unos ángulos extraños pero don’t worry (la flipada again), cuando el salón esté terminado ya os pondré más fotos de la oficina también.

La gallery wall me tiene muy enamorada. Empecé colocando más cuadros y fotos pero al colocarlos en la pared no me convencía el resultado al verlo junto a los pavés, así que retiré algunos cuadros y cambié otros de posición. Si quieres montar una gallery wall y no sabes ni por dónde empezar, tienes un paso a paso en mis stories de Instagram o este truco inflible para montar una gallery wall y acertar.

Como decía más arriba, este rincón es el más oscuro del salón, por eso decidí abrir una falsa ventana utilizando pavés.

Nada más entrar por la puerta, lo primero que ves es el mueble de la tele. Sí, aunque no lo parezca dentro de ese mueble hay una tele, cuando lo haya adecentado por dentro os lo enseñaré. Como es lo primero que ves, quiero que esa viñeta sea todo un statement (más flipadurías). De momento he puesto esa foto y esas preciosas camelias del jardín de mis padres. Esta es una de las ventajas de vivir en el campo, si necesitas flores vas al jardín y las coges.

El mármol del sobre lo compré en una tienda de segunda mano, me enamoré de la veta y el color. Construí el resto del mueble a partir de él utilizando madera de pino. De momento le he dado un acabado natural pero ya veremos qué ocurre con el tiempo.

A un lado de la mesa está la gallery wall y al otro el mueble y este banco que tanto me enamora. Es un modelo descatalogado de Ikea que compré de segunda mano. Su color de fábrica era natural, muy clarito. Era bonito pero para este rincón me apetecía algo con más color, algo que destacase. Este rojo intenso es justo lo que necesitaba.

Si me sigues desde hace tiempo sabrás que me gusta decorar con piezas reutilizadas siempre que puedo. Me gusta que las piezas tengan historia, que sean únicas y además así pongo mi granito de arena en el tema de la sostenibilidad. Por eso prácticamente todo lo que ves en esta oficina son cosas que ya tenía, cosas que he hecho yo, o cosas que he comprado de segunda mano.

Si quieres darle una vuelta a la decoración de tu casa, o decorarla desde 0 como yo en esta ocasión, te recomiendo que te apuntes a mi curso práctico de decoración. Empezamos el 9 de mayo y puedes participar en una de estas 3 modalidades: basic, plus y premium. Lo explico todo bien explicadito aquí, pero si tienes más dudas escríbeme a hola@drlivinghome.com

¿Te gusta cómo ha quedado la oficina?