Todos sabemos que internet es una gran mentira. En realidad la vida “real” también es bastante mentirosa. No conozco a nadie que escoja la ropa que resalta todos sus defectos y le deja la chicha al aire (bueno, salvo Terelu Campos) o que conteste sinceramente cada vez que le preguntan qué tal está. “Pues mire, señor frutero, la verdad es que hoy estoy jodida. Esta mañana he tenido una discusión con mi pareja porque últimamente le noto distante y luego en el trabajo uno de mis compañeros hizo un comentario que hirió mis sentimientos, así que estoy teniendo un día de mierda, ¿y usted qué tal está?”. No, no hacemos eso, vivimos en sociedad y mantenemos una imagen de puertas afuera y otra con nuestros amigos y familia. Pues lo mismo ocurre en internet, pero multiplicado por mil.

Cualquiera que vea esta cómoda diría que tiene pinta de estar en un salón bastante mono y arregladito. La realidad es que en ese momento mi salón parecía el trastero de la loca de los gatos.

En internet todo es más colorido, más perfecto, más feliz, más slow, más emocionante, más maravilloso y, por lo tanto, menos real. Todos conocemos a blogueros/youtubers/instagramers que parece que tienen vidas perfectas, cuerpazos de escándalo, melenas brillantes, trabajos emocionantes, personas que siempre están viajando o comiendo platos preciosos en restaurantes maravillosos. Lo paradójico de todo esto es que, aunque sabemos que esas vidas no son reales, seguimos comparándonos y sintiéndonos mal. “Mira ésta otra vez de viaje, qué vidorra se pega y yo aquí, poniendo la lavadora”. A lo mejor esa persona está de viaje en un lugar paradisiaco pero resulta que tiene ataques de ansiedad porque su marido le pone los cuernos o está muy triste porque le han diagnosticado una enfermedad grave a su madre. O a lo mejor todo en su vida realmente es maravilloso, ¡que también puede ser! La cuestión es que no lo sabemos porque lo único que vemos es un trocito de la realidad totalmente editado, preparado y photoshopeado, y en base a ese trocito imaginamos todo lo demás.

La cocina renovada sin obras que tantas alegrías me ha dado me costó sangre, sudor y lágrimas, además de incluir uno de los diy con peor resultado de la historia.

Cuando abrí Dr. Livinghome mi objetivo era animar a la gente a decorar su casa acorde a sus gustos y personalidad independientemente de su presupuesto, utilizando estos recursos: diy, muebles recuperados, inspiración y trucos y técnicas decorativas. Para eso creo tutoriales y presento las ideas lo mejor que puedo, cuidando las imágenes para que queden bonitas y vosotros las disfrutéis. Recibo muchos comentarios absolutamente adorables de personas que me dicen que tengo muy buena mano, que todos los proyectos me quedan genial… agradezco esos comentarios de todo corazón pero hace unos días un comentario en concreto me hizo saltar la alarma. ¿Y si en vez de animar a la gente estoy consiguiendo que se desanimen? ¿Y si estoy haciendo que piensen que yo tengo unas habilidades que ellos no pueden desarrollar?

¿Sabías que esta estantería tocador diy tan bonita llegó rota a su destino? No hice las uniones lo suficientemente fuertes como para resistir el maltrato de Seur, así que se exhibió en las ferias de DIY partida por la mitad.

Por eso hoy os voy a enseñar las cosas que se quedan fuera de la foto perfecta, esos proyectos diy que no son precisamente dignos de Pinterest, para que veáis que todos metemos la pata, que aquí nadie es perfecto y que si yo puedo, tú también.

Proyectos diy que me quedaron FATAL

Macetas diy que parecen hechas con cera derretida

Objetivo:

Resultado:

Este fue mi primer experimento con la arcilla de secado al aire. Claro, yo compré la arcilla y pensé que era como plastilina, a modelar y listo. Pues resulta que no, que hay algunas técnicas que conviene saber si no quieres acabar haciendo churros como estos dos. El siguiente proyecto que hice con pasta de modelar salió bastante mejor, lo que prueba que de todo se aprende.

La mesa que tenía el baile de San Vito

Objetivo:

Resultado:

La última vez que fui a Galicia, me traje la tapa de una mesa redonda y un tronco con la idea de hacer una mesa para el salón. Parecía que había quedado muy bien pero cuando nos sentamos a cenar resulta que bailoteaba que daba gusto. Las mesas que tienen una sola pata central, necesitan que esa pata sea muy, muy pesada para evitar que cada vez que haces un mínimo de fuerza sobre el borde, la mesa se levante. Esta pata no pesaba nada, así que tienes que imaginarte el espectáculo que era comerse un entrecot en esa mesa.

El jarrón pez máscara africana

Objetivo:

Resultado:

Se me ocurrió que sería muy buena idea hacer un jarrón en forma de cabeza de pez. La idea no está mal pero el resultado se parece más a una especie de máscara africana chunga que da muy mal rollo, que a un gracioso pez con flores saliendo por la boca.

Estantería con cuerda cutre a más no poder

Objetivo:

Resultado:

Este es un diy horrendo por partida doble. El primer horror es ese intento fallido de hacer pasar dos macetas de plástico por macetas de terracota viejas… en fin, qué puedo decir, horroroso. El segundo horror es el tamaño ridículo de la estantería, enana, con unas maderitas estrechas… un despropósito. Lo peor de todo es que cuando lo terminé me pareció que quedaba genial y estaba superorgullosa del invento. Me da miedo pensar lo que opinaré dentro de un año de los proyectos que hago ahora…

La encimera que se cae a cachos

Objetivo:

Resultado:

Este engendro es puro fruto de la combinación de dos de mis mayores defectos: la cabezonería y la impaciencia. Cabezonería por empeñarme en cubrir la encimera de formica blanca, que estaba un poco estropeada pero era totalmente usable con una capa de cemento a pesar de los mil riesgos que conlleva. Impaciencia porque a mitad del proyecto se me acabó el cemento-cola y en ese momento lo único que estaba abierto era BriCor donde sólo tenían cemento normal. En vez de esperar al día siguiente para terminar, me traje el cemento normal, que no tiene la misma dureza ni el mismo agarre. Resultado: la encimera se está cayendo a cachitos, como la paciencia de Mick.

Todos estos proyectos diy salieron mal por un motivo o por otro, pero lo importante es que eso no ha hecho que deje de intentarlo porque nadie nace sabiendo. Así que te animo a que esta semana intentes algo nuevo, quizá ese proyecto que tienes en mente desde hace tiempo y si sale mal, pues le haces una foto, ¡y te echas unas risas!

¿Tú qué opinas de la obsesión de internet con la perfección?