El título puede sonar un poco dramático pero tiene cierta parte de realidad. Ni a Mick ni a mí nos apetece vender estas cosas pero ninguno de los dos queremos desarrollar una especie de síndrome de Diógenes prematuro, así que hemos decidido vender algunas cosas que no caben en la casa nueva.

Aunque parezca raro, al que más le ha costado hacerse a la idea ha sido a Mick, de hecho al principio se negaba en redondo y ponía morritos. Tuve que sentarme con él y contarle que mi salud mental es más importante que ningún objeto y que no puedo seguir conviviendo con una montaña de muebles y cajas amontonados en una esquina del salón esperando darles nuevo uso en algún supuesto momento futuro. Desde septiembre que nos mudamos nos hace compañía esa montaña y ya no la aguanto más. También me he negado a seguir cargando con un teclado gigante que no funciona desde el año 2006. Teclado que, no te lo pierdas, desde que dejó de funcionar, ha pasado por 6 casas, algunas en Inglaterra y otras en España. Y el teclado pesa como un muerto, con su metro y medio de alto, no os creáis que es un Casio. También he tratado de convencerle para vender algunos libros pero ahí ya no he podido hacer nada. Yo sí voy a vender algunas novelas que ya he leído y que no quiero seguir arrastrando de mudanza en mudanza. Por si hay alguna interesada, esto es lo que vamos a vender:

Mesa para la máquina de coser

Madre mía, con el traballiño que pasé haciendo esta mesa y ahora la tengo que vender. Da un poco de penita pero bueno, espero que haga feliz a alguien más. Es una mesa que transformé en una especie de secreter para guardar la máquina de coser. Es muy práctico si no quieres estar guardando y sacando la máquina cada dos por tres. Si la quieres usar, abres la puerta y te pones a coser. Cuando terminas, cierras la puerta y todo queda oculto. Tiene hasta un agujero en la base para pasar el cable. Si queréis ver más detalles y fotos, aquí tenéis todo el proceso de fabricación, con medidas y todo. La vendo por 120€.

Dos sillas tipo windsor

De madera maciza pintadas con chalk paint, una en negro y otra en rosa con ligero efecto decapado. 100€ por las dos.

Dos sillas Vilmar de Ikea

Sillas de Ikea en acabado laminado de roble que pinté de azul cielo por uno de los lados. Fue uno de mis primeros proyectos de customización de muebles. La forma mola mucho y si no te gusta el color se pueden pintar muy fácilmente. 35€ las dos.

Como os decía también vendo algunas novelas y una panificadora (¡totalmente libre de gluten!). Lo tengo todo a la venta en mi cuenta de Wallapop, por si te interesa echarle un vistazo. Y si compartieras el post en tus redes sociales para que lo vea mucha gente te lo agradecería mucho, mucho de todo corazón.

Ayer falleció David Bowie, uno de mis mayores ídolos, elegancia, buen gusto y talento en estado puro. Quiero hablar de él en el blog, seguramente lo haré mañana. Sé que no tiene nada que ver con mis temáticas habituales pero no quiero dejarle fuera. Vaya disgusto me llevé, esa no es forma de empezar la semana.

Un besote para todos.