Cómo renovar dos sillas con chalk paint

Hoy os voy a contar cómo transformar una silla de forma muy, muy fácil, simplemente con pintura. Con chalk paint, para ser exactos. Otras veces os he contado cómo tapizar una silla, o cómo transformar una mesilla normal en una mesilla de noche rústica, pero hoy toca la forma más fácil de renovar una silla: pintándola de otro color.

Por si no sabes qué es la chalk paint, te cuento que es un tipo de pintura que tiene una base de tiza (de ahí su nombre, ya que chalk es tiza en inglés).

La chalk paint tiene varias ventajas. Una de ellas es que cubre mucho, con dos manos de pintura no quedará rastro de la silla (o de lo que sea que estés pintando), otra es que tiene un tacto muy suave cuando se seca, la penúltima es que no es necesario usar ningún tipo de imprimación previa y la última ventaja de la chalk paint es que es al agua, así que se limpia muy fácilmente. Esto último es una gran ventaja cuando tienes que pintar tus muebles dentro casa como me pasa a mí.

Cuando buscaba sillas para mi comedor, encontré estas dos sillas de madera en Amazon. Me gustó mucho la forma pero el acabado era terrible. Venían con una capa de barniz industrial super gruesa en color miel, como los muebles que tenía en mi habitación en los noventa. Not cool.

Compré las sillas con la idea de transformarlas utilizando chalk paint y quería pintarlas en diferentes colores, una rosa y otra negra.

Había leído en varios sitios que podías hacer chalk paint casera utilizando una base de pintura acrílica normal y corriente. Quería probarlo, así que pinté la silla negra con la pintura casera y la silla rosa con chalk paint comprada. Quédate hasta el final porque luego te cuento qué tal la experiencia.

Renovar una silla con chalk paint

Antes de pintar las sillas las decapé, cosa que no es necesaria pero en ese momento me apetecía quitarles ese barniz horrendo y ver qué había debajo. Después de decaparlas, apliqué la chalk paint directamente. Para conseguir que la pintura quede bien lisa. Da una capa de pintura, deja secar (la chalk paint seca muy rápido, por cierto) pasa un papel de lija muy, muy fino (600, 800), da otra capa y vuelve a pasar el papel de lija.

Cuando hayas pintado la silla entera, puedes dejarla tal cual o darle el famoso efecto decapé en el que asoman partes de la madera o pintura que hay debajo. Para eso, puedes utilizar una lija o utilizar un trapo mojado. A mí me gusta más lo último.

Cuando estés contenta con el resultado, aplica cera con una brocha y después frótala con un trapo seco para que penetre bien en la pintura.

Como te decía, la silla rosa la renové con pintura chalk paint que compré y la silla negra la pinté con pintura chalk paint que hice siguiendo una fórmula que encontré en internet. Mi consejo es que te dejes de experimentos y utilices la pintura comprada.

Con el tiempo la silla rosa sigue perfecta, pero la silla negra está hecha polvo. Se ha levantado la pintura por todos los sitios, para lo que te ahorras no merece la pena.

La verdad es que la chalk paint es una forma muy fácil y rápida de renovar tus muebles y es apta para los más torpes.

¿Te gusta cómo quedaron las sillas renovadas?